En todas las culturas y sociedades los seres humanos hemos provocado modificaciones en nuestro cuerpo para adaptarnos a un criterio de belleza establecido. Es demasiado común encontrar alteraciones físicas y genitales que inciden sobremanera en las mujeres, se demuestra que el sometimiento de la mujer a estas alteraciones manifiesta la pervivencia de valores misóginos y machistas en esas sociedades.
LAS ALTERACIONES FÍSICAS
El cuerpo humano ha sido objeto de numerosas alteraciones para conformarlo a ciertos ideales estéticos, sociales o eróticos, Entre los medios empleados pueden mencionarse: cortes, quemaduras, perforaciones, inserción de objetos extraños (discos labiales -como el de las mujeres bira del Zaire, - u aditamentos peneales), el tatuaje y pintura corporal, o la compresión, distensión y elongación de cualquiera de sus partes.
Mujer bira de Zaire y Aborigen de las Tierras Altas de Papua Nueva Guinea, con su aditamiento peneal.
Una de las alteraciones no genitales más conocidas es la que producía la costumbre de vendar los pies, practicada por las mujeres chinas de las clases más elevadas entre los siglos XI y XX de nuestra era. Desde el principio, los pies vendados adquirieron connotaciones eróticas muy evidentes, siendo denominados "pies del lirio dorado". Los dibujos eróticos tradicionales chinos muestran a menudo a las mujeres completamente desnudas, excepción hecha de unos calcetines que cubren sus diminutos pies deformes.
Una mujer china con pies de loto, o de lirio dorado, nos muestra sus vendajes y la deformación de sus pies para adaptarse a un criterio de belleza muy doloroso. A sus 93 años, Lim Guan Siew es una de las pocas mujeres chinas vivas cuyos pies fueron vendados de niña para empequeñecerlos. Miden 13 centímetros. Hoy los zapatos minúsculos se han convertido en un objeto de souvenir turístico.
Entre los métodos más comunes de adornar la piel se encuentran el tatuaje, la pintura, los cortes y, menos frecuentemente, las quemaduras. Un procedimiento muy habitual entre los pueblos de piel oscura es la producción de cicatrices (escarificaciones), tal vez porque los tatuajes no pueden apreciarse demasiado bien. El tatuaje es la única forma de alteración física que puede encontrarse en Japón, donde existen hombres y mujeres que se tatúan el cuerpo entero. Para las mujeres bala de Zaire es importante presentar cicatrices desde la parte superior del pecho, por encima de los senos, hasta las ingles, ya que los varones bala se niegan a mantener relaciones sexuales con mujeres que carezcan de ellas. En una figura de la derecha vemos las cicatrices muy elaboradas que adornan el vientre de una mujer del Sudán.
Escarificaciones, muy comunes en África
En Japon los tatuajes como en muchos pueblos del Pacífico alcanzaron la categoría de arte. Hasta el siglo XVII, el rol de los tatuajes dentro de la sociedad japonesa sufrió varios cambios importantes. Las marcas tatuadas en la piel aún se utilizaban como castigo, pero algunas modas pasajeras de tatuajes decorativos (como por ejemplo, diseños que sólo se completaban cuando las manos de dos enamorados se juntaban) aparecían y desaparecían. También algunas prostitutas y cortesanas tatuaban sus cuerpos para aumentar su atractivo hacia sus clientes. Fue en la época Edo (1600-1868 aprox.) cuando el tatuaje decorativo japonés empezó a desarrollarse como la forma de arte que se conoce actualmente.
Con todo, aunque haya desaparecido la costumbre de efectuar las alteraciones más graves y peligrosas, el auge que a menudo cobran otras de distinto carácter hace que resulte difícil pensar en su desaparición absoluta. En la actualidad, en Estados Unidos y en Europa Occidental ha vuelto a resurgir entre las mujeres la costumbre de perforarse las orejas, hábito que ha sido adoptado por algunos hombres. La Inserción de objetos en la nariz, costumbre hace apenas unos años desconocida, ha comenzado también a practicarse, posiblemente como imitación de los modelos africanos e indios.
Por su parte, a lo largo de la historia, los dientes han sido ennegrecidos, enrojecidos, arrancados, extraídos, limados, mellados y taladrados (y en ocasiones cubiertos de objetos decorativos). Muchas de esas prácticas resultan claramente perjudiciales; sin embargo, su tradición es tan antigua como su amplia difusión. Algunas pruebas señalan que la costumbre de extraer piezas dentarias arranca del Neolítico.
Otros tipos de alteraciones son menos habituales. El estiramiento del cuello es una práctica común entre las mujeres padaung de Birmania, que para ello utilizan unos artilugios circulares de metal con los que pueden alcanzar los 38 cm de cuello. Figuras de debajo.
LAS ALTERACIONES GENITALES
Sea por la razón que fuere, los individuos de muy diversas sociedades han sentido y sienten aún la necesidad de alterar de una forma u otra los órganos genitales, bien cortándolos, perforándolos, seccionándolos, o insertando objetos en ellos.
Rito de circuncisión entre los judios.
Detalle de la circuncisión de Jesús, pintura flamenca siglo XV y vidriera renacentista.
La mutilación de los órganos genitales masculinos es más frecuente que la de los femeninos y a la vez adopta formas más variadas. La más común es, por supuesto, la circuncisión, que consiste en la supresión de prepucio. Se estima que la mitad de los varones que viven hoy en el mundo se han sometido a ella.
Algunas representaciones egipcias de hombres circuncisos (o incluso del mismo acto de su práctica) datan de más allá del año 2000 a.C. Dado que en la mayoría de la zona donde se practica se hace uso de una piedra y no de un cuchillo, se ha señalado que su origen puede remontarse a la Edad de Piedra. En cualquier caso se trata de una costumbre muy antigua, Por otra parte es un acto muy común en el Próximo Oriente y África. La religión judía exige que todos los varones sean circuncidados a las pocas semanas. Entre los musulmanes, se trata más bien de una tradición no sancionada por el Corán y se efectúa después de los 6 años, a menudo en las proximidades de la pubertad. Su procedimiento varía en ambos grupos. En muchas sociedades del Pacifico no se elimina la totalidad del prepucio, sino que se efectúa una sección a lo largo del mismo (superincisión). Los habitantes de las Marquesas practican esta intervención, como otras mutilaciones tradicionales, sin anestesia, extendiendo el prepucio sobre una rama de bambú.
La circuncisión no es común en Oriente ni, desde el punto de vista tradicional, entre los cristianos europeos o norteamericanos. Sólo los cristianos coptos egipcios y etíopes la practican a imagen de sus vecinos musulmanes.
La subincision es la mutilación del pene no relativa al prepucio. Consiste en un único corte, de un extremo a otro, hacia la uretra. Como resultado, el pene adquiere una forma achatada, Una de las consecuencias de este acto es que el hombre no puede dirigir el flujo de orina, por lo que debe acuclillarse para orinar. Del mismo modo, se dice, el semen tampoco puede fluir y se bloquea la reproducción. Sin embargo, la evidencia refleja otra cosa, ya que en todas las sociedades, la subincision se practica antes del matrimonio y no por ello dejan de nacer hijos. Esta técnica se practica principalmente entre algunos pueblos aborígenes australianos y entre los samburu de África.
Rito de subincisión entre los aborígenes de Nueva Guinea a principios del siglo XX.
El sangrado del pene sin alterar su forma es poco frecuente, si bien estaba extendido entre los mayas mexicanos y aún lo está entre los wógeo de Nueva Guinea. Los wógeo efectúan estas sangrías porque creen que el contacto con las mujeres produce diversos males e infecciones que sólo pueden prevenirse de esta forma.
La semicastración, o supresión de un solo testículo, se practica sólo en cuatro sociedades del mundo. Dos de ellas son africanas: los jonjero de Etiopía, un subgrupo de los sidamo, y los hotentotes del sur de África, de quienes antes se decía que recurrían a ella para evitar el nacimiento de gemelos (hecho considerado de mal agüero). Las otras dos se encuentran en Micronesia, en el océano Pacifico. Los informes más documentados son los relativos a los habitantes de Ponapé, isla del archipiélago de las Carolinas. La operación se efectúa entre los 14 y los 16 años. En la actualidad, es un hábito extinguido.
A lo largo de la historia muchas personas han sido objeto de castración total por las más variadas razones. En el mundo romano, las sacerdotisas romanas de la diosa Cibeles eran eunucos vestidos de mujer. Las sociedades islámicas solían emplear esclavos castrados por los cristianos para las más diversas tareas, como por ejemplo, la vigilancia de los harenes; si bien el Corán prohibe expresamente esta mutilación. En China, Bizancio y algunos reinos absolutos africanos, se concedía a los eunucos cargos importantes, tales como el de visir o general, con el fin de evitar disputas dinásticas. El mandato bíblico, hoy raras veces seguido, que ordena a las mujeres guardar silencio en las iglesias (Corintios, 1, 13:35) era observado tan estrictamente por la Iglesia Católica que ni siquiera se les permitía cantar en ellas, lo que provocó, sobre todo en Italia, la aparición de los "castrati" (cantantes varones castrados). Un decreto papal abolió esta costumbre en 1878.
Farinelli, un famoso cantante castrato del siglo XVIII, máximo exponente de la castración infantil que realizaba la Iglesia Católica para impedir que las mujeres cantaran en los oficios religiosos.
La costumbre de tomar los órganos genitales como trofeo de guerra estaba más extendida de lo que cabria imaginar. Incluso en la Biblia podemos leer que a David se le exigió recoger los prepucios de 100 filisteos muertos en una batalla (Samuel, 1, 18:25).
Las mutilaciones de los órganos sexuales femeninos han sido centro de una polémica de orden político, pues en realidad suponen técnicas que privan a las mujeres de cualquier posibilidad de satisfacción sexual. Las dos más conocidas son la clitoridectomia y la infibulación.
Símbolo que previene sobre las mutilaciones genitales femeninas en el mundo.
La clitoridectomia (ablación) consiste en la extirpación del clítoris y ocasionalmente de otras partes de los órganos sexuales femeninos. Reduce el goce sexual en las mujeres y resulta probable que comenzase a practicarse con este fin como método de dominación patriarcal. Es una operación bastante común en África, y aunque menos frecuente que la circuncisión, sólo se practica en aquellos lugares donde habitualmente se efectúa también esta última. La clitoridectomia ha sido utilizada esporádicamente de manera aberrante en Occidente con dos objetivos: como terapia curativa para combatir la frigidez, la ninfomanía y el lesbianismo y también como medida disciplinaria contra la masturbación "excesiva". En todos los casos los resultados eran nulos y el sufrimiento de las mujeres gratuito.
La ablación es todavía muy común en demasiados países africanos.
Los diversos métodos englobados en el término infibulación presentan una distribución geográfica si cabe más restringida. La variedad más común consiste en coser los labios menores dejando tan sólo una pequeña abertura para dejar paso a la orina, Todas las formas de infibulación implican la extirpación de algunas partes del clítoris y los labios menores. La razón última de la infibulación parece bastante clara: evitar el coito mediante una especie de cinturón de castidad permanente. La principal zona donde se lleva a cabo esta práctica el África oriental, sobre todo en los pueblos de habla cusita del denominado Cuerno de Oro, como somalíes y los galla. También se da en algunos grupos islámicos. El término circuncisión faraónica ha sido a veces utilizado en lugar del de infibulación, lo cual podría dar pie a pensar que era practicada por los egipcios, aunque no hay pruebas de ello.
Infibulación o cosido de los labios genitales.
Después de lo estudiado; fíjate en los dos mapas siguientes donde se resumen todos los tipos de alteraciones genitales humanas. Aquí tienes un enlace a un pdf actualizado sobre las mutilaciones sexuales contra las mujeres extraído de El País.
Aquí tienes mapa actualizado sobre las mutilaciones sexuales contra las mujeres extraído de El País, 23 de marzo de 2006. |