La sexualidad en el Paleolítico

"Hablar de sexualidad humana es hablar de la esencia misma del ser humano" M. Merleau Ponty
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Texto extraído de la aportación de Alejandra Godoy Haeberle (Psicologa Clínica, Doctorada en Psicología Clínica), sobre Sexualidad en el Paleolíco para la página web Planeta Azul.

Las expresiones culturales de la sexualidad a lo largo de la historia de la humanidad han sido múltiples. Sin embargo, aun cuando se cuenta con antecedentes históricos que datan desde hace más de diez mil años, en general, la información disponible es más bien escasa con anterioridad al año 1000 a.C. Entre los ejemplos más antiguos se pueden mencionar las Venus auriñaciences y los graffiti paleolíticos de las cuevas de Abri Castanet, representando vulvas. Otros ejemplos lo constituyen manuales sexuales chinos de hace más cinco mil años.

A. Venus de Lespugue, Francia. B. Venus de Menton, Italia. C. Venus de Moravany.  
D. Venus de Willendorf, Alemania.


Leroi-Gourhan destaca por sus estudios en la interpretación de muchos símbolos del arte prehistórico. Aquí vemos, tipología de signos femeninos (a y b, triángulares; c, ovales; d, cuadrangulares, y e, claviformes).
Detalle anatómico de vulva y grabado de la cueva de Le Nanchard en Francia.
Las pinturas del Camarín de las Vulvas de la cueva de Tito Bustillo, uno de los grandes santuarios del arte paleolítico de Europa, es una de las escasas muestras sexuales femeninas del arte rupestre conocido.
 
En las primeras comunidades cavernarias, cuando aún se desconocía su función reproductiva, la conducta sexual se realizaba para la satisfacción inmediata del impulso y se ejercía una promiscuidad sexual primitiva asociada a la inseguridad de la vida cotidiana. En aquella época la supervivencia era la prioridad absoluta, había que buscar el sustento día a día y el hogar eran apenas refugios transitorios. Aunque también se ha sugerido que los contactos sexuales estaban organizados de alguna manera, al parecer la promiscuidad sexual era la regla común para el varón, quien solía emprender el cortejo de una forma activa, e inclusive dominante, hacia cualquier hembra que no figurara bajo la protección de otro hombre.


Posibles prácticas homosexuales: Esta placa de 12 000 años, encontrada a las orillas del Rin, ha sido bautizada como “las bailarinas” por mostrar a dos mujeres entrelazadas en actitud cariñosa. Es un hallazgo más que nos muestra que la homosexualidad en el paleolítico era considerada como algo natural. Se ha encontrado también en excavación francesa de La Marche una representación de un coíto anal.

Durante el Paleolítico se inicia la diferenciación entre la sexualidad humana y la de los animales: se realiza el coito frente a frente. De la penetración por detrás se pasa al abrazo, a las miradas y a la comunicación como ingredientes de los contactos sexuales. 
 

Hay hipótesis que explican que en los períodos más remotos se pudo dar la llamada monogamia natural, durante la cual el ser humano practicaba una vida sexual regulada por los períodos de acoplamiento, de forma muy similar a la de los animales; así como por los constantes cambios de habitación debidos a los requerimientos de la búsqueda de flora y fauna para subsistir.


Gracias al descubrimiento de la agricultura y la ganadería, las tribus debieron establecerse por largo tiempo en territorios fijos dando lugar al sedentarismo con sus consecuentes modificaciones socio-económicas, lo cual conduce al advenimiento de la propiedad privada; mientras que, al mismo tiempo, se descubre la asociación entre coito y embarazo. Todo lo anterior repercute en una drástica transformación de las relaciones sociales y de las interacciones entre los género, surgiendo una segunda etapa, donde la sexualidad adquiere un lugar fundamental para la civilización y la monogamia pasa a cumplir la finalidad de asegurar el patrimonio familiar a largo plazo.   

Por otro lado, se empieza a representar la genitalidad en el arte: danzas fálicas en las pinturas, vulvas grabadas en piedras, grandes falos en estatuas, etc. No obstante, no se realizaba desde una perspectiva erótica, sino como símbolo de fecundidad, de fuente de vida, como un modo artístico de practicar la veneración a las Diosas de la fertilidad y del sexo. Esta tríada compuesta por la religión, el arte y la sexualidad, presentes desde el origen de los tiempos, se han nutrido recíprocamente generación tras generación. 

Falos de piedra: Aunque no tan común como las venus antropomórficas, se han encontrado falos de diferentes tamaños y materiales a lo largo del paleolitico. Estos objetos apuntan tanto a una representación de la virilidad masculina como a objetos masturbatorios para las mujeres. Incluso algunos bastones de mando tienen uno de sus extremos con forma de pene, a los que se les atribuye esta funcionalidad masturbatoria.

En muchas ocasiones los falos estaban decorados con figuras de animales y símbolos. El doble falo de la imagen forma parte de un bastón encontrado en la cueva francesa de George D´Enfer, y aunque puede sugerir un juego sexual entre dos mujeres, tan solo es demostrable que es una representación más de los falos.


Identificando a la mujer - como la dadora de vida – con la tierra - dadora de frutos - nace un culto a la Gran Diosa, a la sexualidad femenina, el que terminaría de ser erradicado definitivamente con la llegada de las religiones monoteístas como el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Pareciera que cuando las sociedades eran cazadoras recolectoras, los ciclos de la luna, identificados con la mujer, eran de suma importancia.
Representación escultórica de una diosa de la civilización mesopotámica, que datan de unos 6000 años A.C.

Venus de Laussel, Francia


Algunos antropólogos plantean que el matriarcado fue la forma predominante de organización social. Como no había pruebas de la paternidad, el rol de la madre era fundamental y se fue convirtiendo en la cabeza del grupo familiar.


Empero, cuando nuestros antepasados se volvieron agricultores, pasó a ser más decisivo el culto al sol y a otros dioses masculinos, empezando a desvalorizarse lo femenino, tal como lo revelan estudios de los monolitos celtas de Hedgestone. Con el descubrimiento del Bronce, entre mil y dos mil años antes de Cristo, se inventaron las armas, se produjeron las primeras guerras y se impuso definitivamente el dominio masculino en las primeras civilizaciones.






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 Deberías ver este documental sobre la sexualidad humana en la prehistoria para entender donde se separa el impulso sexual animal para convertirse en impulso sexual social. Cuáles fueron sus condicionantes y cómo vivió la sexualidad el ser humano en sus estadios anteriores a la creación de la civilización, mientras fuimos cazadores y recolectores. También nos habla de la aparición del sedentarismo, la agricultura y la ganadería, el establecimiento en aldeas y luego ciudades, es decir, la creación del ser social y todos los condicionantes relacionales que interfieren en la vida sexual de las personas. Somos lo que aprendimos a ser. La religión será el factor más importante en el desarrollo de condicionantes que afectan a las relaciones interpersonales.


Además para intentar completar la visión sobre la sexualidad en el Paleolítico. Os propongo la lectura de tres textos en pdf que se encuentran enlazados.

Petroglifos encontrados en Ti-N-Lalan, Fezzan. Sudoeste de Libia. Si antiguedad se remonta al III o IV milenio aC.